martes, 4 de marzo de 2014

Drogas sintéticas: un tema no relevante para las autoridades

La nueva tendencia de consumo en Santa Marta
Tomado de internet. Imagen psicodélica. Los colores y las figuras son característicos del “viaje o estalle”
Investigadores: Osmel Araujo, Neder Yoly, Anayancy Vidal y Marcia Yanes

La amenaza de las drogas sintéticas en los jóvenes de la ciudad de Santa Marta, constituye uno de los problemas más difíciles de detectar por las autoridades de la ciudad, un fenómeno silencioso que busca remplazar el consumo de marihuana y cocaína por la rentabilidad en la producción de éstas drogas químicas.

16 de Septiembre de 2013, se presentaron  en la clínica del Prado del Rodadero, cuatro casos de intoxicación, las pacientes eran cuatro menores de 17 años, quienes presentaron un cuadro de paranoia, nauseas, vómitos y alucinaciones. En los exámenes toxicológicos se detectó una alta cantidad de Metilenedioximetanfetamina una droga de síntesis conocida como LSD, combinado con un alto grado de alcohol, las jóvenes fueron desintoxicadas y puestas a la disposición de sus padres quienes no presentaron ningún tipo de denuncia.

Las drogas sintéticas o de síntesis como la llaman las autoridades, son un amplio grupo de sustancias producidas por síntesis química entre las que cabe señalar el éxtasis, técnicamente conocida como metilenedioximetanfetamina, LSD, Popper, entre otros. Estos elementos contienen distintos derivados anfetamínicos y de sustancias que poseen efectos estimulantes y alucinógenos, que se encuentran en el mercado en diversas presentaciones (pastillas, líquidos, papel), los cuales pretenden ser atractivas para los jóvenes.

Algunas de estas drogas de síntesis tienen su origen en plantas naturales, otras surgieron de la investigación y experimentación en laboratorios de más de 65 países entre Europa, Asia y América Latina, debido a que los productores aprovechan que no existen reglamentos estrictos o detallados para la prohibición y realización de las sustancias químicas.
Por otra parte les resulta rentable por su capacidad de clandestinidad y el bajo costo en la producción, porque para la cocaína se necesita una hectárea de tierra para un kilo de ésta, del mismo modo pasa con la marihuana para una cantidad considerable.

Según el informe de la Unión Europea sobre plan de drogas, afirma que es un fenómeno reciente el tema de las drogas de síntesis en los países andinos y como víctimas han sido los niños, adolecentes y jóvenes entre los 15 a 28 años de edad, que son considerados como la población más vulnerable frente a la oferta y consumo de estas drogas. Ya en el año 2006 en un estudio de la UNODC que es la Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen, dicen que el éxtasis y los estimulantes anfetamínicos, se encuentran entre las drogas de mayor consumo entre estudiantes de secundaria.
El 70% de los estudiantes universitarios en Colombia, reconocen al éxtasis como una droga de síntesis y de fácil acceso, el 13,4% declaran haber consumido alguna de estas sustancias.
Colombia, es vista como un país de tránsito para el comercio de las drogas sintéticas, las cuales son importadas de Canadá y Estados Unidos y son esparcidas en las distintas ciudades del país como Bogotá, Cali y Medellín, estas grandes capitales se encargan de repartirlas a destinos al resto del país como Santa Marta.

El Subintendente de Antinarcóticos de Santa Marta, Yamil Bello, asegura que la ciudad tiene presencia de estas drogas, debido a que es turística y es preferida por los visitantes nacionales e internacionales. Además la ciudad cuenta con una gran ventaja por la utilización de un puerto internacional con una diversidad de rutas y de productos que son accesibles para el encubrimiento de las drogas y lo complejo de algunas embarcaciones para su revisión.
El Sint. Bello, afirma que no hay una fecha exacta cuando empezaron a incursionar estas sustancias en la ciudad, ni registros que evidencien el alto consumo de drogas de síntesis, pero la compañía de Antinarcóticos cuenta con un grupo de prevención llamado DARE, sigla en inglés que significa educación para la resistencia del uso a las drogas. Es un programa que viene desde la Embajada Americana  y funciona desde 1997, con la finalidad de dictarles charlas a los jóvenes en los colegios de la ciudad sobre el consumo de sustancias alucinógenas.
Dentro del grupo de Antinarcóticos de la ciudad, los métodos utilizados para detectar la presencia de drogas de síntesis, es a través de pruebas técnicas y químicas, este control de drogas empezó desde el 2009, con la ayuda militar  y de la Embajada Norteamericana.  El  Sint. Bello, denuncia que los lugares donde más se vende  las drogas sintéticas  en las instalaciones públicas como las discotecas, expendios de comidas rápidas y vendedores ambulantes de cigarrillos. También en barrios como Pescaíto, Gaira y Santafé, son lugares donde la forma de traficar es sentarse en las terrazas de sus casas para sentirse seguros y alertas ante cualquier presencia de la autoridad y así poder esconder lo que están vendiendo, que en la mayoría de los casos son pastillas de rivotril de uso psiquiátrico, el cual para los consumidores les produce una mayor percepción de los sentidos y relajación. Cada pastilla de rivotril puede costar entre los 20 mil y 25 mil pesos.

La judicialización del delito
Carrera primera de El Rodadero.
Lugar preferido por turistas y expendedores de droga o ‘dealers’
















El jefe de delitos especiales Jairo Duarte que pertenece a la Sijín de la ciudad, es el encargado de judicializar las capturas por sustancias psicoactivas a través del artículo 376 del Código penal sobre el tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, cabe resaltar que el artículo fue modificado por la ley 1453 y que en la ciudad, en el último año, solo han hallado dos casos de trafico de drogas sintéticas y se les ha aplicado dicho artículo, el cual dice:  El que sin permiso de autoridad competente, introduzca al país, así sea en tránsito o saque de él, transporte, lleve consigo, almacene, conserve, elabore, venda, ofrezca, adquiera, financie o suministre a cualquier título sustancia estupefaciente, sicotrópica o drogas sintéticas, incurrirá en prisión de (128) a (360) meses y multa de (1.334) a (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Si la cantidad de droga no excede los (60) gramos de nitrato de amilo, (60) gramos de ketamina, la pena será de (64) a (108) meses de prisión y multa de (150) salarios mínimos legales mensuales vigentes; y por último, si la cantidad de droga excede los límites máximos previstos en el inciso anterior sin pasar de (4.000) gramos de droga sintética, (500) gramos de nitrato de amilo, (500) gramos de ketamina y GHB, la pena será de (96) a (144) meses de prisión y multa de (124) a (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Cuando son capturados por consumo, no son judicializados, sino que inmediatamente son tratados como enfermos por contaminación del organismo y son remitidos a la personería de infancia y adolescencia.
La Sijín cuenta con un programa que se llama ETEM (Estrategia para Tráfico de Estupefacientes en Menores cantidades), y hacen controles en las zonas de comercialización como el Boro, que fue desintegrado durante el año 2013 y como consecuencia, se empieza a dar un microtráfico móvil, que es el servicio a domicilio por los denominados comúnmente ‘dealer’,  es una nueva modalidad que hace más difícil de detectar por las autoridades.

El negocio del ‘dealer’

Es un joven universitario de 21 años de edad, que empezó a incursionar en el negocio a domicilio de las drogas sintéticas desde hace cinco años por un amigo cercano, que le comentó sobre lo rentable que era ejercerlo. Las únicas condiciones para entrar de lleno a la venta era guardar prudencia y no “boletearse” expresa el ‘dealer’. Sus ventas de cada fin de semana son de seis a ocho personas entre los 18 y 24 años de edad, los mayores de 30 casi no compran, lo que más vende es el LSD o papelito como comúnmente lo llaman, cada uno puede estar entre los 40 mil y 25 mil pesos como mínimo, eso depende de la cantidad de gotas de ácido que le apliquen al cartón.

El joven universitario con un aspecto de tener más edad debido a que él consume esta droga en sus ratos de fiesta y que en años anteriores estuvo sumergido en otra clase de drogas, que terminaron llevándolo a un centro de rehabilitación por un año, afirma que nunca ha tenido inconvenientes con la policía, porque su forma de vender siempre es a personas cercanas. Rayan, como lo llaman sus clientes, trae sus productos de la capital a un precio mucho más bajo, el cual le saca el 100% de ganancias sobre lo invertido, una cifra que queda en ‘reserva del sumario’. El ‘dealer’ dice que la Policía no sabe detectar el LSD y muchos no saben qué es eso; en el parque de los novios se pueden encontrar hasta cuatro vendedores, todos son estudiantes universitarios, ellos venden cristales y anfetaminas, pero sólo lo venden en Taganga. “La mercancía se vende rápido los fines de semana, ya para un lunes festivo es posible que no haya” dice Rayan.

¿Qué tan grave es el tema de las drogas de síntesis en la ciudad?

La sombra de las palmas en la noche y algunas sillas blancas ubicadas
 estratégicamente, sirven como oficina para el comercio drogas.
Para el oficial Duarte, el tema de las drogas sintéticas en Santa Marta no es relevante porque el tráfico no se da a gran escala, aún sigue prevaleciendo el consumo de marihuana y cocaína. Duarte afirma que “las personas que vienen aquí, el 39% son extranjeros quienes  consumen marihuana y cocaína”. En la ciudad no hay un foco de investigación dirigido al consumo de drogas de síntesis, ni estadísticas que la evidencien, porque para empezar, el sistema de información está desintegrado, porque la Sijín trabaja con indicadores elaborados por la Policía, y si la Policía no emite un registro sobre el consumo de ésta droga, no se trata el tema, es como una reacción en cadena, el cual será más difícil de encontrar el fenómeno, porque la Policía de la ciudad dice que no es común encontrar a civiles portando la sustancia, debido a que se pueden camuflar como medicamentos y tampoco a civiles traficando, porque prestan sus servicios a domicilio y tienen su clientela fija. Por otra parte, las drogas de síntesis tienen ochos años, no es para todo público por su costo, solo los de estratos 4 en adelante la pueden comprar y que además no producen adicción, dice el Oficial.



LSD, Trip o acido. Valor 20.000 pesos C/U. Cartón o cuadro entero,
 500.000 pesos, para una ganancia del 100 o 200 por ciento.
La última afirmación del oficial Duarte, lo contradice un informe de la Unión Europea, donde se explica que es un mito que las drogas de diseño no causan dependencia, porque el riesgo de éstas, es desarrollar un sometimiento emocional, psicológico y social, a tal punto en que sus consumidores no saben divertirse, no aciertan a sentirse bien consigo mismos ni a relacionarse con otras personas sin la ayuda de las drogas.
Actualmente, muchos adolescentes experimentan las drogas en una etapa de la vida en la que el cerebro está en proceso de maduración, algunos no pasarán de la experimentación, pero otros consumirán drogas  hasta llegar a la adicción con graves problemas que ésta conlleva. No todos los organismos responden igual ante el consumo de drogas, no son una buena opción.

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