domingo, 9 de marzo de 2014

Samarios al borde del pánico


Tomada en la población de Taganga durante la marcha realizada por los habitantes del sector el 19 de septiembre  de 2013.
Investigadores: Osmel Araujo, Anayancy Vidal, Marcia Yanes y Neder Yolie

La nueva generación de la capital del Magdalena manifiesta su angustia y temor por culpa de los altos índices de inseguridad en las calles y el abandono por parte del Distrito.

En la ciudad de Santa Marta el comercio bananero y el ferrocarril, trajeron buenas cosas, convirtiendo la capital del Magdalena en un lugar apropiado para vivir, tan apacible donde no faltaba la alimentación como el guineo, leche, pescado, y la carne.
Hasta hace un poco más de dos décadas, los samarios tenían el privilegio de mirar hacia al mar en sus dos camellones, un lugar propicio para el encuentro con amigos; a las 8 de la noche era la hora para empezar el encuentro de ancianos, niños, parejas y jóvenes. Aquellos paseos en el lugar a lo que hoy dicen que es “la bahía más hermosa de América” incluían escuchar una buena música proveniente del balneario, admirar el atardecer en aquellas banquitas para cambiar el paisaje y así, apreciar algo diferente a lo que le ofrecían desde las ventanas de sus casas.
Con el pasar de los años, aquellos encuentros pacíficos se transformaron notablemente en la ciudad, temas como la seguridad y la confianza de transitar por los corredores de Santa Marta, se convirtieron hoy en inseguridad y temor debido a la delincuencia común que embiste a los samarios.
La ciudad de calles arenosas y noches tranquilas donde se dormía a las 9 de la noche y los niños jugaban en la calle, ya no existe sino en la memoria de los samarios. Hoy en día la noche es cundida de pánico y con el temor de ser víctima de un atraco.

La gota que rebosó el vaso

Luego de finalizar el periodo de la presidencia del ex mandatario Alvaro Uribe Vélez en el 2010, según la publicación Nuevo Arcoíris, la inseguridad se desata y es derivada de la presencia de las guerrillas y Neoparamilitares, como las llama el Gobierno las “Bacrim”, quienes se consolidaron en 209 municipios donde sobresalen “Los Urabeños” y “Los Rastrojos”. Además, en la primera mitad del 2011 fueron los responsables del desplazamiento de 11.898 personas en las regiones de la costa Caribe. De ahí es donde comienza la pesadilla para la ciudad; como consecuencia de los altos índices de inseguridad en Santa Marta en los distintos sectores, el 4 de agosto de 2012 llegaron más de 300 oficiales del cuerpo de la Policía de la Metropolitana. Todo se debió por la presencia de bandas criminales en la ciudad. Según el subteniente y jefe de prensa de ésta institución, Anibal Estrada, afirma que “Los Urabeños” y “El clan de los Giraldo” estaban afectando la seguridad de la ciudad a través de homicidios selectivos y extorciones.
En el 2012 se dio la captura de 196 integrantes de las bandas criminales y la desarticulación total de “El clan de los Giraldo”.  A partir de la fecha, Según el subteniente de la Policía Metropolitana, se han neutralizado estas bandas criminales capturando a todos sus cabecillas como alias “Belisario”, “Chucho mercancía” e incluyendo alias “Junior” quien fue el que perpetró el atentado a Rapimercar en el mes de octubre de ese mismo año.

El hervidero de las bandas

El barrio Once de Noviembre ubicado sobre la carretera Troncal del Caribe, es uno de los conglomerados sociales más grandes que tiene la ciudad. En el barrio residen finqueros de las zonas de Guachaca y que según las autoridades, se estima que hay de 30 mil a 40 mil personas.
En la década de los 80s, comenzaron a aparecer los integrantes de bandas criminales, era un escondedero de sicarios entrenados por paramilitares que comandaba Hernán Giraldo.
Para los 90s, en el barrio se afianzaron las autodefensas y según los servicios de inteligencia del Ejército y Policía, llegaron a concluir que 7 de cada 10 hombres del “Once” estaban relacionados con los paramilitares.
Para un investigador de la policía, el paramilitarismo y la delincuencia común, se fue afianzando en esa zona. 500 desmovilizados del frente “Resistencia Tayrona” regresaron al Once de Noviembre, los cuales algunos se dedicaron al mototaxismo, otros a delinquir y una pequeña parte a la formalidad laboral a través de programas de reinserción.
Con la desmovilización de los paramilitares de la Sierra Nevada de Santa Marta, afloraron las bandas criminales que se ubicaron en el barrio, allí hubo fuertes enfrentamientos contra otros grupos como “Los Nevados”, “Los Mellizos” y “Los Paisas”. Este último grupo se adueñó del territorio. Tanto “Paisas” como “Urabeños” comenzaron una guerra por tener el control de la coca, más de 100 de los integrantes de ambos bandos murieron y con el tiempo “Los Paisas” se fueron diezmando, hasta que “Los Urabeños” fueron dominando el territorio.   

La lucha contra la delincuencia
Alrededor del Polideportivo
El ex rector de la Universidad del Magdalena Carlos Caicedo, fue elegido como Alcalde de la ciudad a través del Partido Liberal en el 2011, entre sus retos estaba enfrentar las amenazas de las Bacrim. El Burgomaestre destacó avances en temas de seguridad para combatir la criminalidad en la ciudad; sin embargo el fenómeno siguió creciendo.
Ante las iniciativas presentadas por los samarios, el comandante de la Policía respondió que se comprometía con el servicio y apoyo incondicional en la búsqueda de mejores niveles que permitiera la convivencia pacífica de los samarios.
En febrero del 2013, los líderes comunales, representantes de veedurías, entre otros, pidieron a las autoridades convocar una reunión para tratar las problemáticas de seguridad, con la idea de que participen todos los gremios de las autoridades que tengan que ver con este tema. Dentro de las peticiones, se encontró la necesidad de incrementar los frentes de seguridad en sectores críticos de la ciudad como los barrios Pescaito, Once de Noviembre, Gaira, Centro Histórico, El polideportivo, entre otros. 
El 24 de junio de 2013, la administración distrital del Alcalde de Santa Marta, decidió iniciar operativos conjuntos con la Policía Metropolitana para reducir la delincuencia y fortalecer la seguridad en los corredores turísticos, Taganga, El Rodadero, áreas rurales como Minca y Guachaca, sectores donde se desarrolla en mayor escala esta actividad.
Frente a este problema, en las mesas de trabajo se diagnosticaron las causas de la inseguridad en la ciudad, una de ellas, la falta de iluminación en los sectores del Centro Histórico y la invasión del espacio público que son generadores de problemas para la movilización.
Tomada de internet. Sector de Pescaito
El Subteniente de la Metropolitana de la ciudad habló de algunas estrategias para disminuir el hurto a través de campañas de autoprotección, para que los samarios sepan qué medidas hay que tener a la hora de enfrentarse  a un atraco. Algunas de estas campañas son: La seguridad empieza por casa y vacúnate contra la inseguridad; son obras en función para que el ciudadano se concientice que pueden contar con la colaboración de la Policía.

En entrevista con el jefe de prensa de la Policía Metropolitana, se comentó que en un principio el nuevo personal que llegó a reforzar la seguridad, no había tenido un buen recibimiento de la comunidad y por tal razón se crearon los llamados cuadrantes, quienes se encargan de patrullar ciertos sectores para hacerles saber a los habitantes que hay alguien vigilando, por eso les dejan un número de celular para emergencias.

Por otro lado, los Concejales de la ciudad critican la falta de estrategias contra la inseguridad, el presidente del concejo Nelson Calderón, afirmó ante la prensa local, que las medidas tomadas por la Policía no estaban dando buenos resultados debido a que la ciudadanía denunció que se presentan muchos inconvenientes en la línea 123 del organismo.

Frente a esta problemática de la falta de buenos resultados por parte de las autoridades, algunos de los líderes comunales se manifestaron en el sector de Taganga a través de una marcha que se realizó el 19 de septiembre que se llamó Por una Taganga Segura, marcha que fue liderada por Pierine Peñaranda con el objetivo de sensibilizar a la comunidad taganguera y samaria, debido a esta situación que ha afectado a muchos habitantes. Además, afirma que no han tenido ningún resultado por parte del Distrito y la Metropolitana.      
Al día siguiente de la marcha por parte de la comunidad de Taganga, la  Policía se manifestó y ofreció su apoyo incondicional  para que creyeran en ellos y que denunciaran  a los criminales, sin embargo para la comunidad, son palabras que nos los convence del todo.

Cuando se entrevistaron a algunas de las víctimas de diferentes atracos, una de ellas aseguró que había sido golpeada por un policía y ella en su desespero por salir del problema, lo grabó con su celular y uno de los oficiales al verla le dijo que mejor grabara todo y así lo trasladaban a otro lugar. Este es solo uno de los tantos casos que se comenzaron a manifestar a partir de ese momento, muchas personas afirmaron que la policía metropolitana abusa de su autoridad y que por eso no eran bien recibidos.
Las distintas acciones y estrategias emprendidas por el Gobierno y la Policía Nacional, buscan combatir la delincuencia y generar mayor tranquilidad entre los residentes samarios, pero la realidad es que esos resultados  se verán con el pasar del tiempo, si es que ya no es una utopía para las nuevas generaciones, quienes posiblemente no sabrán qué es salir a la calle sin tener la amarga sensación de un robo por unos cuantos centavos, un celular o un computador. Aquella seguridad que inspiraba el vecino de la cuadra, el conductor del taxi o el vendedor ambulante que se acercaba a la puerta del domicilio, ya está en vía de extinción.                   

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