domingo, 9 de marzo de 2014

Niños sordos padecen de otra discapacidad

Descuido del Distrito

Investigadores: José Arzuaga, Andrea Campo, Ana María Mora, Gineth Rodríguez

* “Hay algunos profesores que saben lengua de señas y tratan de comunicarse con ellos, pero es difícil, porque es como hablar dos idiomas simultáneamente. El sordo va al colegio a medio entender, por ello se requiere de intérpretes”, manifiesta el Director del IED Liceo el Saber, John Umbarila.
Por años, el Instituto educativo Liceo el Saber, ha prestado sus servicios de educación y atención a la población de niños y niñas que están en condición de discapacidad. En el presente año, la población estudiantil más vulnerada ha sido la de los sordos, debido a la ausencia de un personal capacitado en el lenguaje de señas, lo que dificulta la interacción con su entorno. Por este motivo la escuela ha tenido que enfrentar grandes obstáculos en la calidad de aprendizaje, la comunicación y el progreso académico de esta minoría.
Durante dos semanas, el grupo investigador recorrió las aulas de clases, en donde se observaron las falencias que tienen estos niños en su proceso de aprendizaje, porque carecen de profesores que tengan un conocimiento en idioma para sordos, hecho que trae como consecuencia un grado de desconcentración, por parte de los menores, durante las clases, al no comprender lo que se trata de explicar, además, no hay modelos lingüísticos para su enseñanza y las herramientas que utilizan, son limitadas.
De igual forma, se recogieron testimonios de los padres y maestros de estos niños, que de manera inconforme resaltaron la mala administración de la Alcaldía, porque a través de su programa de discapacitados, se han hecho los ciegos y sordos frente a esta situación, debido a que en este año, solo enviaron dos intérpretes que tuvieron un periodo de contrato de dos meses, agosto y septiembre, hecho que obligó al colegio a asumir la responsabilidad, tomando medidas extremas para atender las insuficiencias de los alumnos.
Como consecuencia de las quejas y reclamos por parte del gremio académico, los padres de familia y el mismo Director de la institución, han instaurado  tutelas y demandas contra el Distrito, por la falta de colaboración a las instituciones que acogen a estos niños y niñas, lo que implica un incumplimiento de la ley 324 de 1996, que vela por los derechos de los sordos. Pese a sus esfuerzos, sus peticiones han sido pasadas por alto, porque no se ha dado una respuesta ante las necesidades de estos ciudadanos.

Los sordos no hablan pero buscan hacerse entender

Los niños de la institución presentan diferentes discapacidades, algunos tienen pérdidas auditivas, esto se conoce como limitación auditiva; otros alcanzan a escuchar en un menor grado lo que se les dice, esa limitación se conoce como hipoacusico; y están los sordos, que son aquellas persona que tiene una pérdida auditiva mayor a 90 decibeles, lo que le impide adquirir y utilizar el lenguaje oral adecuadamente.
El colegio cuenta con 550 niños discapacitados, que vienen de los extremos de la ciudad, barrios como la Paz, Cristo Rey,  11 de Noviembre, entre otros. Los niños con limitaciones auditivas, están en los grados 3ro, 4to y 5to de primaria, los cuales han integrado como un solo curso, al estar conformado solo por 11 niños. Esto es permitido legalmente y es conocido como aulas multrigraduales.
En un mismo salón,  niños de diferentes edades reciben una educación diferente, a la de un niño “normal”, mediante el lenguaje de señas, sistemas y estrategias pedagógicas que permitan incluir y respetar el grado en el que cada uno está. Sin embargo, la comprensión de un mismo lenguaje, no es asumida por todos, debido a que algunos ni siquiera entienden este idioma de gestos. La gran mayoría no  comprende el significado de algunas señas.
Casi todos los niños de este salón, son mudos, aunque tengan un leve conocimiento del habla español. Según la docente e intérprete Marta, quien se encuentra a cargo de este curso, “es difícil entenderlos y es mucho más complejo cuando se trata de explicarles. Al tener diferentes edades, es un reto mantenerlos concentrados, interactuar con ellos y así mismo tratar de comunicarse y hacerse entender”. Además, se observó que al momento de preguntarles cómo se sentían, no tenían un criterio propio, sino eran guiados por la profesora, quien terminaba respondiendo por ellos.
Es por esto que a través de manualidades, dibujos, medios audiovisuales, actividades grupales y otros, la maestra busca integrarlos a todos y que así desarrollen sus capacidades, habilidades, se relacionen con su entorno, se comuniquen  con los demás y aprendan un mismo lenguaje de señas.
“Hay algunos profesores que saben lengua de señas y tratan de comunicarse con ellos, pero es difícil porque es como hablar dos idiomas simultáneamente. El sordo va al colegio a medio entender, por ello se requiere de intérpretes”, manifiesta el Director del IED Liceo el Saber, John Umbarila.

La exclusión comienza desde el hogar

Según el director del colegio, los padres de algunos niños del instituto, creen que sus hijos son enfermos, por lo que los aíslan y cohíben de un desarrollo y crecimiento adecuado. “Este colegio es llamado el colegio de los “locos o de los bobos”, por la limitaciones que padecen los que allí estudian, es por eso que muchas familias matriculan a sus hijos con la idea de que es una escuela solo para personas discapacitadas (…) es su última opción” expresa el director Umbarila.
La mayor parte de estos niños vienen de estratos uno y dos, por lo que desconocen muchas cosas que los rodean y se les hace difícil desenvolverse fuera de sus hogares y con  personas desconocidas, porque su desarrollo cognitivo es diferente. “A pesar de que en el colegio se han hecho capacitaciones para que la familia aprenda a comunicarse a través de señas, solo han asistido dos padres de los 70 estudiantes sordos que hay entre primaria y bachillerato”, afirma el Director.
Además, Umbarila cuenta que “este colegio es la última opción para todo el que llegue, sea bueno, malo, torcido, igual entra,  los que no se aceptan son a aquellos que tienen un nivel alto de agresividad, por lo que se le hace proceso disciplinario y no ingresan a la institución, Hay niños con problemas de comportamiento grave porque no logran la adaptación social que amerita su edad”.

Las leyes no son solo letras y papel

Existen diferentes leyes y normas que estipulan los derechos y deberes que tiene el Estado para con la población de discapacitados. Sin embargo, algunos  padres, de estos niños sordos, como la señora Helena Chedraui, afirman que estas normas solo se contemplan en un papel, porque a nivel Distrital las necesidades de este colegio, son pasadas por alto, pese a tener dentro de su administración un programa para discapacitados.
 “El colegio ni siquiera cuenta con una psicóloga que oriente y ayude a los niños, debido a que la ley estipula, que debe tener una cantidad de 800 niños, para que se pueda contratar a una profesional en este campo”,  expresa Chedraui.
 De acuerdo con el Art. 8, de la ley 324 de 1996, “El Estado proporcionará los mecanismos necesarios para la producción e importación de toda clase de equipos y de recursos auxiliares especializados que se requieran en las áreas de educación, comunicación, habilitación y rehabilitación con el objeto de facilitar la interacción de la persona sorda con el entorno”. 

Los ingresos que llegan a esta escuela son del gobierno, por medio del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES),  a través de un certificado que valida la discapacidad que tenga cada niño, así mismo será el recurso entregado. “A pesar de esta ayuda, muchas veces hay niños que no son reconocidos dentro del sistema, como discapacitados, debido a que en el instituto debe haber una persona especializada, que certifique a cada estudiante, pero como “brilla por su ausencia”, no todos los niños son registrados, por ende el dinero y las herramientas que nos llegan, son insuficientes”, añadió el Director.

Excusas, excusas, excusas...

De acuerdo a Alain Pérez, encargado de la oficina de discapacitados de la Alcaldía, “el caso del Liceo el Saber es un caso excepcionalísimo, porque en ese colegio hay más de 500 niños con discapacidad,  que eso por ley, el ministerio de educación no lo autoriza. Por cada tantos niños se tiene que contratar un intérprete, eso no aplica en el Liceo el Saber, debido a que son muchos niños (…) no es una institución distrital, tiene muchas personas con discapacidad”. Además, sustenta que la Alcaldía tiene que presentar un proyecto al Ministerio de Educación, donde se sustenten las necesidades que tienen los colegios  que acogen a niños discapacitados, con el objetivo de brindarles un apoyo.
Y como si fuera poco, la Alcaldía tiene un plan de desarrollo 2012 - 2015, cuyo lema es “primero los niños y las niñas”, en donde uno de sus puntos a trabajar, iniciativas hacia la población en situación de discapacidad, expone: “garantizar la inclusión socioeconómica de las personas  en situación de discapacidad, en situación de riesgos, construyendo políticas públicas pertinentes y vigilando la atención preferencial, oportuna y de calidad, para estas personas en la oferta institucional distrital (…)”
Sin embargo, Pérez afirma que “esa situación tiene algo de política, porque no se ha presentado por culpa del alcalde, Carlos Caicedo, sino desde años anteriores, ese colegio empezó siendo exclusivamente de sordos, CELCA, que inició en el rodadero con el club de leones hace 40 años, de ahí se trasladaron a Santa Marta (…) Hasta el 2009 fue CELCA, de ahí le colocaron una tablita que decía IED liceo el saber, pero el proceso adentro quedo igual (…)”

Y se preguntan por qué ocupamos los últimos puestos

La calidad educativa de estos niños y niñas, se ve afectada por la falta de intérpretes, como no entienden, no aprenden, no van al nivel formativo de los demás niños de su edad, sienten que no encajan en el entorno en el que a diario se desenvuelven. Son conscientes de su situación, pero a pesar de ello no se resignan a que se les preste una mayor atención y solventen sus necesidades, al ser una prioridad, por ser menores.
Estas falencias se reflejan cuando son evaluados, en las pruebas Icfes, como resultado el colegio lleva varios años siendo el último en Santa Marta, por la desatención de los niños al no entender, y uno de los últimos a nivel del país. Y no siendo suficiente en el estudio que se hizo en el 2013, por el Consejo Privado de Competitividad, se evidencia el  bajo nivel de competencia por el que pasa la capital y otros municipios de Magdalena, ocupando el 0,0 % a nivel de todo el país.
“Lo último que yo supe era que el juez le había dado orden de captura al secretario de educación y al alcalde Carlos Caicedo,  pero no he sabido más nada, desde hace un mes”. Concluyó el Director.

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