Investigadores: Tana George Díaz, Hugo
David León, Estefany Mendoza Fuentes y María Peralta Cotes
Riofrío, Magdalena
Miles de toneladas de
plástico son arrojadas en mares y ríos produciendo así un efecto devastador a
la fauna y flora acuática. El ser humano no está exento de esto, pues, el agua
es vida, y está ligada a todas nuestras actividades cotidianas, al lavarnos los
dientes, tomar un café por la mañana o hervir algún alimento. Por otro lado,
dicha contaminación también afecta al suelo, envenenando los cultivos y esterilizando la tierra.
Desde 1887, el cultivo y
exportación del banano se ha convertido en un motor que impulsa la economía del
Departamento del Magdalena, generando así, un crecimiento y consolidación en la
actividad productiva y beneficios para todo el país.
‘La zona bananera’, como es
llamada, está conformada por 11 corregimientos: Guacamayal, Orihueca, Riofrío,
Tucurinca, Varela, Soplador, Guamachito, La Gran Vía, Palomar, Santa Rosalía
y Sevilla, en los que el banano no es
solo un alimento, sino la razón de trabajo de su región.
En Riofrío, la mayoría de
sus habitantes son bananeros, tal es el caso de Noreyla Barros quien afirma que
este es el sustento de toda su familia. de igual manera lo comentan Alberto
Real y Maritza Cuellar, quienes cada día se trasladan desde el pueblo, hasta lo
más profundo de la Finca Susana, una de las más importantes haciendas que se
encuentra en la región., caracterizada por su excelente producción y gran
extensión dentro de ‘la zona’.
Alberto Real, realizando una de sus funciones
dentro de la finca Susana.
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“El banano es una bendición
para el Magdalena, genera mucho empleo,
la finca tiene 50 hectáreas y 46 de estas son exclusivas para la producción, el corte
se hace dos veces por semana, cada vez que se realiza esta actividad empleamos
60 personas y a parte de este personal tenemos 45 empleados fijos” dijo, Yamal
Saghair, dueño de la finca Susana.
El plástico, un material que
el suelo no puede asumir
Para la protección y cuidado
del banano, los hacendados utilizan bolsas plásticas, las cuales cumplen un ciclo
de vida muy corto dentro de las fincas, pero muy largo en el planeta. Según
Alberto Bolaño, ambientalista del Magdalena, “El plástico tarda 100 años en
descomponerse en el medio ambiente, esto dependiendo del tamaño, puesto que
puede durar hasta 1.000 años para desaparecer en el suelo”. Tirar y dejar
penetrar este material en la tierra es un error catastrófico a nivel global.
Según el estudio adelantado por Corpamag y la Fundación Social: “la producción
bananera genera una serie de problemas ambientales que van desde el excesivo
uso de agroquímicos, hasta la contaminación con desechos plásticos”.
“Se estima que son
aproximadamente 14 mil hectáreas en las que hay siembra de banano en Riofrío y
se utilizan anualmente 23 mil bolsas plásticas. Esta finca está comprometida
con el ambiente, por eso, se le paga a empresas para que recojan el residuo”,
manifestó Hali Saghair, agrónomo de la
Finca Susana.
Fincas como: Susana, El
esfuerzo y La Lucha, trabajan a favor del medio ambiente, y manifiestan que sus
haciendas no generan contaminación, pero al pasar por la desembocadura del río
o la vía de entrada al pueblo se ve algo diferente, pues son montañas de bolsas
las que adornan estos sitios.
Montaña de residuos en la entrada de Riofrío
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Una verdad incómoda
En conclusión, el El destino
final de los plásticos utilizados en la producción del banano son por lo
general: fuentes de agua, carretera y basureros improvisados, pero, ¿No se
supone que le pagan a empresas para evitar este abuso con el medio ambiente?
Empresas como: Recolectora de la Troncal del Caribe, Recicladora de Banaplás y
Recuperar F. C son las encargadas de esta función. En entrevistas con sus
representantes obtuvimos la siguiente información:
Omar Ramírez, gerente de la
empresa Recolectora de la Troncal del Caribe señala que “la finca nos debe
llamar una semana antes, cuadramos cantidad y costo, dependiendo de esto
colocamos una tarifa, después vamos y recogemos el plástico. Nuestra empresa no
tiene la maquinaria para el proceso de reciclaje de las bolsas, lo que hacemos
es prensarlas, y enviarlas a Bogotá, allá se encargan de hacer baldes,
mangueras para regar y otros objetos con este material”.
Eduardo Moya, gerente de la
empresa Recicladora Banaplás: y Ruth
Arrieta, gerente de la empresa Recuperar F. C: manifiestan: “nosotros cuidamos
el medio ambiente, recogemos todos los plásticos y luego hacemos quemas clandestinas
para que todo el material se vuelva polvillo, ya que este plástico no tiene más
uso”.
La contaminación: efectos en
la población
Es grande el disgusto de los
moradores de Riofrío con los dueños de las fincas, no solo porque no se hacen
responsables del manejo de los residuos, sino de la contaminación que esta trae
ya hace más de 10 años.
María González, una madre de
tres niños y cabeza de hogar dice que está agradecida porque trabaja en una de
las fincas y lo que recibe es lo que le da de comer todos los días, pero que
por tantos tóxicos en el rio tomar agua de él se ha vuelto su peor enemigo.
“los niños no dejan de enfermarse, si no es diarrea, es dolor en el estómago,
esa agua, está muy contaminada. Además, no son mis hijos los únicos enfermos en
toda la región, acá todos estamos enfermos, el señor Agustín Méndez vivía a una cuadra de mi casa, el murió, nadie supo
por qué, pues era un hombre alto y fuerte, pero luego los de la morgue dijeron
que su muerte fue por intoxicación, su casa quedaba al lado del rio tomaba esa
agua y tenía una parcela, o sea, que
comía productos regados con ese mismo líquido”.
Podemos apreciar residuos
plásticos por todos lados, ocasionando diferentes contaminaciones por ejemplo:
contaminación visual, en las vías se encuentran tirados los plásticos, además,
muchos de estos residuos en temporada de lluvia son arrastrados por el pueblo.
Contaminación fisicoquímica, los residuos también se encuentran incorporados en
las corrientes de agua superficiales que abastecen del preciado líquido a todo
la población, la calidad del agua es mínima y produce enfermedades, de igual
manera la composición química de estos residuos plásticos sometidos a la
radiación solar produce el desprendimiento al aire de finas partículas de
dioxinas, que contaminan el aire afectando las vías respiratorias y órganos
vitales de los moradores del pueblo.
Fundaciones como Corbanacol
y Fundauniban, realizan funciones sociales en el sector desarrollando programas
de vivienda, salud, educación, recreación, cultura y deporte para mejorar la
calidad de vida de la población, pero, ¿Cuál es la empresa reguladora del medio
ambiente?
La Corporación Regional del
Magdalena, según su página oficial, http://www.corpamag.gov.co/, Corpamag: “Es
un ente corporativo de carácter público encargado de administrar el medio
ambiente y proteger el desarrollo sostenible del Magdalena…” según
www.eltiempo.com , Sección Otros del 12 de abril de 1995: “Corpamag inició en
el 1994 un proceso de concertación con las industrias bananeras y palmeras para
emprender un plan de recuperación de la Zona” plan que se debería implementar
hasta la fecha, pero que ahora no se cumple .
De manera irresponsable los
productores no ejercen control sobre los residuos plásticos, los recolectores
no hacen su trabajo y Corpamag “castiga” a los infractores ambientales con
sanciones mínimas y aún así, el problema sigue avanzando.
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