domingo, 23 de febrero de 2014

Desnutrición infantil: Tras una cortina de humo


“Cada año mueren en Colombia cerca de 10 mil menores de cinco años por causas prevenibles. De estas muertes, por lo menos el 30% ocurre por desnutrición.” Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional Universidad Nacional de Colombia”

Investigadores: Johnner Alvarado, Ángela Polo, Anayeris Roncancio y Ana Carolina Vargas.

Santa Marta es una ciudad llena de contrastes, pero no solo de aquellos contrastes de playa, brisa y mar como algunos quieren resaltar, sino de aquellos profundos, aquellos que afectan a grandes poblaciones, pero que, paradójicamente, tienden a ser escondidos. Mientras el Gobierno Nacional planea la entrega de subsidios de nutrición para los niños y niñas menores de 7 años que integran el programa de ‘Familias en Acción’, según el documento Conpes 109, más son las madres samarias las que dedican su tiempo a procrear, debido a que, para ellas, cada uno de sus hijos equivale a un subsidio de nutrición. Esta es una de las razones por las cuales el Estado se convierte, tácitamente, en uno paternalista y asistencialista. Mientras estas mismas madres invierten el dinero de los subsidios en gastos personales, existen muchas otras desafiliadas a este plan, que sufren día a día al ver enfermar y, muchas veces, morir a sus hijos por falta de recursos para su alimentación.

Mientras cada día la desnutrición afecta más los rincones de la Ciudad, y produce enfermedades que llevan a la mortalidad de muchos infantes, menos son los diagnósticos que se visibilizan de esta misma, puesto que las enfermedades que la desnutrición causa, actúan como espejismos que distorsionan el verdadero trasfondo de las muertes. Al mismo tiempo, mientras el Director Regional del ICBF Magdalena, Joaquín González Iturriago, se vanagloria afirmando que las cifras de desnutrición en la ciudad de Santa Marta van en constante descenso, el Estado de avance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2012 evidencia que, tan solo del 2001 al 2009,la proporción de bajo peso al nacer incrementó de un 6,20% a un 8,60%, ocupando un promedio muy similar a la posición obtenida por Colombia en ese mismo año, con un porcentaje de 9,08%. Este hecho resulta  muy irónico al observar cómo los porcentajes de una ciudad y un país pueden encontrarse tan cercanos el uno del otro.

Precisamente, bajo estas ironías, se encuentra divagando Sandy Yaneth Pacheco Rosado, una joven que con tan solo 18 años de edad, ya ha debido experimentar, a través de su hija, las consecuencias de la desnutrición. A sus cortos 17 años, ya enfrentaba su segundo embarazo, María Camila.

En la actualidad, esta pequeña ya tiene 1 año de edad, y presenta una desnutrición global con un peso inferior a los 9,5Kg, siendo este el peso promedio de una niña de su edad. A pesar de haber nacido con un peso normal, la estadía de esta infante en uno de los pueblos del Magdalena afecto su nutrición. Por otro lado, la precaria situación económica en la que se encuentra ella y sus padres, no ha permitido su oportuna recuperación. Sin embargo, el pasado 22 de octubre, ingresó al Centro de Recuperación Nutricional (CRN), en el cual está siendo atendida. Este Centro de Recuperación Nutricional reveló los pesos mínimos que los niños deben de tener en las etapas de0 a 5 años. El peso mínimo de un niño al nacer es de 2,80 Kg, en el primer es de 7,65 Kg, en el segundo año es de 9,80 Kg, en el tercer año es de 11,04 Kg, en el cuarto año es de 12,06 Kg y en el quinto año es de 14,00 Kg; por lo tanto, cualquier niño que posea un peso inferior a estas cifras se considerará como un niño en estado de desnutrición.

De las cifras a la realidad


Con la finalidad de dar a conocer la situación nutricional de la población colombiana, se presentó en el año 2011 una encuesta en la que se muestra la disminución de la desnutrición infantil hasta en un 37%, convirtiendo así al país en una de las naciones con menores índices en América Latina en cuanto a este fenómeno social. Sin embargo, según el Plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), departamentos como el Magdalena cuenta con 17.247 niños menores de cinco años que padecen de desnutrición crónica, en lo que se destaca que el departamento, comparado con los demás de la región Caribe, cuenta con la segunda tasa más alta en cuanto al problema de desnutrición.

La desnutrición infantil como realidad social sigue aumentando, y sus causas son cada vez más perceptible por fenómenos como la pobreza o la exclusión; tanto así, que hasta el 2005, según el documento Conpes 109, de todos los niños colombianos menores de cinco años, el 12,1% de esa totalidad presentaba desnutrición crónica o aguda. Por lo que se puede evidenciar que algunas estadísticas no coinciden y otras no reflejan lo que verdaderamente sucede, como ocurre con los datos que revela el ICBF, donde se demuestra que se aumentan las estrategias, acorde con la problemática que cada vez revela más auge.

El comportamiento de este fenómeno causa una ruptura dentro del tejido social, y las organizaciones a cargo de la vigilancia y el control de este hecho pareciera aún no innovar en cuanto a estrategias para mitigar sus efectos. Basta con ver más allá de los datos estadísticos y acoplar la realidad, ver la manera en como aproximadamente 450 niños, según la exdirectora del ICBF, Rosa Navarro, mueren al año por motivos de desnutrición, es decir, si las cifras son escandalosas, lo que encierran esas cifras sorprenden mucho más.

Las excusas que alude González Iturriago no concuerdan, porque mientras hace alusión a que los recursos del ICBF no alcanzan debido al crecimiento de la deuda social que se ha vuelto impagable,  resalta que él personalmente se molesta cuando le sobran recursos, creando desconfianza en cuanto a las acciones y a las “estrategias” que según él se implementan para construir un departamento más equilibrado en cuanto a lo social. Sus palabras, en este sentido, no generan ningún tipo de credibilidad, y se pone en duda lo que supuestamente se hace para mitigar los efectos de la desnutrición en la población infantil, sino que por el contrario, se creer aún más en todo lo que se deja de hacer, o a duras penas, no se hace.
En diferentes ocasiones los dirigentes políticos deben dejar a un lado las concepciones imaginarias de lo que se vive hoy en cuanto a lo que realmente sucede con la desnutrición, como es el caso de la Alcaldía de Santa Marta, la cual pretende, con deficientes estrategias, lograr para el año 2015, según el Plan de Desarrollo Distrital 2013, la disminución hasta el 13,5% del porcentaje de niños de cero a cinco años que sufren de desnutrición crónica, basado en que para el año 2012 el porcentaje fue de 18,0%, lo que quiere decir que se deben implementar nuevas herramientas y proporcionar suficientes recursos para disminuir, durante estos próximos dos años restantes, un 4,5% la desnutrición infantil crónica, por ser conocida como el tipo de desnutrición más peligrosa que existe y de la cual se desbordan muchas muertes.

La desnutrición infantil en Santa Marta se vigila desde la Secretaria de Salud Distrital, este departamento tiene como función la prevención, promoción y control nutricional infantil de la ciudad, dichos procesos se llevan a cabo a través del sistema de vigilancia SIVIGILA, el cual registra los niños que presentan cualquier tipo de enfermedad y que nacen con bajo peso. Esta labor, según la
Referente de Nutrición en la secretaria de Salud Distrital, la Dietista y Nutricionista, Gloria Linero, es un trabajo complicado y carente de personal, pues son muchos los requerimientos que se desarrollan en esta área.

En la vigilancia realizada desde Salud Distrital se presta mayor cuidado a las madres menores de 18 años, debido a que son las más vulnerables de dar a luz a bebés con bajo peso, ya que no asisten a los controles prenatales y no tienen una alimentación adecuada por precarias condiciones económicas. Precisamente, esta fue la condición de María Camila, hija de Sandy, pues las malas condiciones económicas de su abuela, quien la tuvo en los primeros años de su vida, generaron en la niña problemas de desnutrición. Según Gloria Linero, es necesaria la lactancia materna en estos casos, debido a que la leche humana contribuye al desarrollo emocional y físico del bebé en sus primeros 6 meses de vida
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En cuanto a los controles nutricionales que realizan en la ciudad, las EPS son otro de los limitantes, debido a la desorganización y poca información que brindan al área de nutrición y salud para desarrollar una óptima labor, así lo afirma la doctora Linero, aunque la problemática en Santa Marta va más allá de cifras, datos o informaciones que brinden los centros de salud, la realidad de este problema social ha sido empañada por otros aspectos que hacen que este flagelo posea un menor grado de importancia que el que realmente debería tener, hay una cortina de humo que desenfoca la atención en la raíz del problema, esto se ve reflejado en los pocos casos que son revelados de niños que mueren a causa de la desnutrición. Según el Parámetro 1012, empleado por el Departamento de Nutrición de la Secretaria de Salud Distrital, quien vigila las muertes por desnutrición, presenta un grave problema, ya que la realidad está totalmente desfasada con lo que se cree del estado de la desnutrición infantil en la Ciudad.
En lo que ha corrido del año 2013, solo se ha registrado una muerte por desnutrición infantil, muerte que dejaría de ser del distritito si en el trabajo de campo que está realizando la Secretaria de Salud, se evidencia que el niño pertenecía al Departamento, inmediatamente la investigación pasa instancias departamentales. Pero la realidad que es desenfocada y que no es revelada en datos específicos, es que según la doctora Gloria Linero, no hay cifras exactas, debido a que los médicos atribuyen la muerte de niños por desnutrición a otras enfermedades que trae consigo este fenómeno social, diagnosticando finalmente la muerte no por desnutrición, sino por cualquier otra enfermedad.

Para reducir la desnutrición infantil, la Secretaría de Salud, en conjunto con el Gobierno Distrital y el Instituto de Bienestar Familiar, está empleando estrategias que aporten cambios significativos, tales como la promoción de la lactancia materna y programas de recuperación nutricional. Por otro lado, se está llevando a cabo entregas de desparacitantes multivitamínicos como bicofer y alvendasol a niños menores de 5 años a través de ICBF y familias en acción, y, como objetivo, se implementará para el próximo año controles con un nuevo sistema de vigilancia que estará centrado en las mujeres menores de 19 años que se encuentran en estado de embarazo.

A procesos lentos, muertes rápidas













Los Centros de Recuperación Nutricional para la primera infancia se crearon por el Bienestar Familiar en el año 2007 como respuesta a la emergencia de altos índices de desnutrición infantil y casos de muertes asociadas con la misma. El objetivo de estos Centros es la recuperación nutricional para los niños menores de 6 años con diagnóstico de desnutrición crónica (déficit de talla para la edad) y global (déficit de peso para la edad) para lograr la disminución de las muertes por esta enfermedad. Por tal razón, existe un equipo conformado por un médico, una nutricionista, una trabajadora social, una enfermera y una manipuladora de alimentos quienes realizan un seguimiento diario a la evolución de los niños con respecto a su salud y nutrición.

Según la trabajadora social, Gladys Scott y la enfermera jefe, Ana Milena Andrade, con las comunidades se realiza un trabajo directo y activo. En la primera fase ‘Crítica intrahospitalaria’ se dirigen a barrios de escasos recursos y se hace una búsqueda activa de casos con déficit en peso corporal y talla. Otro proceso para que lo niños ingresen al Centro de Recuperación Nutricional es cuando son remitidos por el Bienestar Familiar, o porque los padres conocen el lugar por medio de terceras personas.

Luego de esto, se realiza una segunda fase ‘Recuperación nutricional en el CRN’ donde15 niños, que no tienen la estatura ni su peso normal, son llevados al Centro de Recuperación, en el cual, durante un mes, inician un proceso de recuperación en salud y nutrición, a través de acciones permanentes que incluyen actividades en gestión social y familiar. Las madres son pieza fundamental en este proceso, puesto que ellas reciben charlas de hábitos de consumo alimenticio, que son importantes que apliquen en la tercera y última fase, la cual lleva por nombre ‘Seguimiento y control médico, nutricional y socio-familiar ambulatorio’. Esta fase dura seis meses, en este tiempo se lleva a cabo un seguimiento al menor y se le regala un mercado cada mes.

Aunque el Director Regional del ICBF Magdalena y la nutricionista y dietista referente en nutrición de la secretaria de salud, concuerden con la idea de que no deberían existir Centros de Recuperación nutricional para fortalecer otras estrategias, las madres de los niños desnutridos piensan todo lo contrario. Ellas se sienten satisfechas con el servicio que se presta en este lugar y con los resultados que se ven reflejados en el mejor estado de salud de sus hijos. 
Detrás de esta problemática, se encuentra la historia de madres cabezas de familia, de menores de edad, de mujeres con pocos recursos que necesitan ayuda para que sus hijos puedan tener un desarrollo normal y una vida feliz. A pesar de estas dificultades, han salido adelante con sus hijos, buscan su mejoría y ponen en práctica lo aprendido en el Centro de Recuperación. Algunos bebés nacen con bajo peso debido a la pésima alimentación de sus madres durante el embarazo y a que no cumplen todos los controles, esto ayuda a que se desencadene una serie de enfermedades como la desnutrición. Otras madres traen al mundo a bebés sanos pero tristemente por la falta de recursos económicos no tienen como alimentar a sus hijos de manera saludable, y estos empiezan a presentar diarreas e infecciones, factores que influyen en la desnutrición.

El caso de Sandy Yaneth Pacheco es un reflejo de la situación que viven muchas mujeres. La desnutrición es una problemática en aumento, y lo preocupante es que la vida de los más pequeños está en peligro. Si no se adoptan medidas para evitar esta enfermedad en los próximos años, los niños sufrirán retrasos en su desarrollo físico y mental. Lo más triste es que procesos de reducción de la desnutrición han sido lentos. Y entre más lentos sean estos, más rápidos morirán los niños.

Cesárea: Un negocio que cobra vida

Odalis Rojas y su bebé, víctimas de este procedimiento.
Investigadores: Melissa Correa, Kelly Muñoz, Yéssica Mojica y Paola Murillo

Según un estudio realizado por la Sociedad Colombiana de Pediatría, Colombia es el tercer país con más partos por cesárea. Pero este hecho no se produce por problemas derivados en el parto, sino porque muchas mujeres que tienen a sus bebés en centros privados, escogen este tipo de parto, para evitar cierto tipo de dolor.

Odalis Rojas Tapias, mujer de 32 años de edad con 34 semanas de embarazo fallecida por causa de una cesárea mal realizada en el año 2011 en la Policlínica Ciénaga. Causa de su deceso: placenta previa con hemorragia polihidramnio, así lo indica la historia clínica de la paciente. Es decir, una hemorragia causada por el tacto vaginal.

Cuando hablamos de cesáreas es indispensable retomar la idea de que este, es un procedimiento el cual en los últimos años ha tenido una gran acogida en mujeres pertenecientes a distintos sectores económicos del país.
El nivel de porcentaje ha aumentado en las últimas décadas teniendo como punto de referencia el pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual lo ha catalogado como “proporciones de epidemia”. Este organismo no justifica que más de un 15%  de todos los nacimientos del mundo sea por cesárea.

Según Jimmy Castañeda, miembro dela Federación Colombiana de Asociación de Obstetra y ginecólogos, aseguró que “las mujeres en Colombia creen que es más seguro y menos complicado un parto por cesárea” así lo expresó por medio de RCN la Radio.

De igual manera señaló que “cualquier procedimiento quirúrgico tiene alto riesgo en un parto normal, el sangrado está entre 1 o 2% mientras que en las cesáreas es del 3%”
Zamir Arias, esposo de la mujer fallecida expresa que “mi mujer había sido notificada por el ginecólogo Elias Hani que no podía dejarse realizar un tacto vaginal al momento de tener alguna complicación porque esto ocasionaría una hemorragia, inconveniente que evidentemente fue el causante de la muerte de la negra. La médico Gloria Soto López fue quien recibió a Odalis en urgencias y aun sabiendo que no se podía realizar un tacto vaginal, lo hizo.”

Este es uno de los riesgos a los que están expuestas las mujeres cuando deciden realizarse este procedimiento, que aunque se caracteriza por ser indoloro, puede tener consecuencias leves y/o letales.
Según el último reporte emitido por el Departamento encargado de estadísticas en Colombia (DANE), en el año 2.012 se realizaron en el país 291.022 cesáreas, teniendo en primer lugar a la ciudad de Bogotá con un total de 47.627 cesáreas, y al  departamento del magdalena con 13.914, arrojado una diferencia de 33.713 procedimientos.

En el departamento del Magdalena la clínica la Mujer está catalogada como uno de los centros médicos más especializados en la realización de cesáreas puesto que han manejado un total de 1909 intervenciones referentes al año 2012, y 1.943 procedimientos de lo que va corrido del presente año.

Esta clínica maneja tarifas dependiendo de la contratación de las EPS. Aliansalud está a la vanguardia con un valor mínimo de 657.000 pesos, seguido por Salud total con un precio de 652.800 pesos y Coomeva con 648.420 pesos, así lo evidencia Erika Cabrera Ortiz auxiliar de coordinación médica.
El hospital San Cristóbal de Ciénaga, realizó en el año 2.012 un total de 437 cesáreas y 399 partos vaginales, y en lo que concierne al año en curso, hasta el mes de octubre han realizado un total de 433 cesáreas y 505 partos vaginales, dejando así una diferencia de 106 partos vaginales y solo cuatro cesáreas.

Es evidente que el incremento de cesáreas se ha tomado tanto el sector público como el privado, así lo expresa Eliomina Domínguez  coordinadora de Mutual Ser Ciénaga “en mi experiencia como enfermera en el sector privado he podido darme cuenta de los métodos de engaño que algunos ginecólogos utilizan para que las mujeres prefieran la cesárea en vez de parir, pienso que ese es uno de las principales razones del incremento de la realización de las cesáreas”

Por otra parte, el médico Iván Govea expresa que “la cesaría se ha convertido en un negocio, hoy en día las mujeres exigen tener un parto por cesárea debido a los beneficios que traen como lo son no tener que estar internada un determinado número de horas esperando dilatar totalmente para así tener un parto normal, se evitan molestias de dolor y sufrimiento en cierta medida, lo cual normalmente se presentaría y sucedería en un parto natural, adema de eso a los medico les ahorra tiempo, esfuerzo y trabajo ya que no tienen la necesidad de estar con el paciente bajo observación durante un determinado tiempo siendo para ambas partes un costo beneficio”

La familia conformada por Zamir Arias, Odalis Rojas y su hijo Sebastián han sido una de las víctimas que ha dejado este procedimiento que al parecer cada vez más va cogiendo fuerza para ir dejando atrás la vieja tradición de pujar para parir y traer un hijo al mundo.
Este hogar fue formado en el año 2005 en el instante en que esta joven pareja decidió unir sus vidas para siempre, con el sueño de tener dos hijos a los cuales llamarían Sebastián y Luciana. Hoy existe Sebastián, pero se encuentra lejos de su padre puesto que la familia de la difunta quiso llevárselo a vivir a la ciudad de Cartagena para brindarle un mejor futuro y una niñez tranquila. “lo peor que me ha dejado la muerte de Odalis es la ausencia de mi hijo Sebastián. Todos los días lo recuerdo porque si estuviera conmigo mis penas fueran más llevaderas y no tan duras. La bebé que estábamos esperando falleció al día siguiente que la negra murió, fue una perdida doble, esto no lo he podido superar y pasará mucho tiempo para reponer mi dolor” así lo expresa Zamir Arias.

En el año 2011 el periódico El Espectador mostró un informe de la veeduría distrital en donde informa que El 37% de los partos en Bogotá son atendidos a través de este tratamiento quirúrgico. Según la Organización Mundial de la Salud, lo deseable es que no pasaran del 10%.
De igual manera, el diario El Universal expresó en su artículo titulado “Las latinas prefieren la cesárea al parto natural”   en donde exponen que “la OMS recomienda que la tasa de nacimientos por cesárea no exceda el 15% del total, mientras que en América Latina se sitúa en el 38%, según los datos del informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2012 de Unicef” dejando en claro que esta práctica se viene realizando con mayor frecuencia en los últimos años.

“Las cesáreas son un procedimiento del cual se ha conseguido un descenso en cuanto al número de mortalidad prenatal aunque no es la manera más segura de tener un bebé, en determinados sectores de la sociedad se piensa que las cesáreas son más seguras que los partos naturales pero esto no es ciertos, ya que el riesgo de mortalidad materna es cinco veces mayor cuando se realiza una cesárea que un parto normal”, así lo indica Iván Govea médico ginecólogo de la clínica SaludCoop.

Pero no es solo el riesgo al cual se expone una mujer al realizarse este procedimiento los que ponen en tela de juicio este tema. Los costos que en ella se ven en las clínicas privadas y a los que están obligados a pagar son excesivamente altos en comparación con oro tipo de cirugías.

“El costo varía entre 1.500.000 y 2.000.000 de pesos el cual incluye ciertos exámenes paraclínicos, consulta con especialista y hospitalización post-parto, el costo y demás aspectos mencionado varían de acuerdo a la clínica o entidad promotora de salud, sin incluir los honorarios del ginecólogo que varían de 200.000 a 300.000 mil pesos, esto depende entre el acuerdo del paciente y el especialista” afirmó Iván Govea.

Con base a lo anterior se puede inferir que cada clínica ya sea pública o privada, maneja distintas tarifas en cuanto a costos se refiere. Esto beneficiando a simple vista al cuerpo médico encargado de realizar el procedimiento.

Es indispensable pensar en las familias que han sido destruidas por causa de un mal procedimiento de personas que parecen estar más interesadas en el lucro personal que el beneficio de la comunidad como es el caso de la familia Arias Rojas. Queda entonces entre dicho la función principal de todo médico, que es la de velar por la salud y el bienestar de sus pacientes, dejando así una brecha entre lo que debe ser y lo que es. 

jueves, 13 de febrero de 2014

Zona Bananera, un corregimiento cubierto de plástico


Investigadores: Tana George Díaz Hugo David León Estefany Mendoza Fuentes y  María Peralta Cotes

Riofrío, Magdalena

Miles de toneladas de plástico son arrojadas en mares y ríos produciendo así un efecto devastador a la fauna y flora acuática. El ser humano no está exento de esto, pues, el agua es vida, y está ligada a todas nuestras actividades cotidianas, al lavarnos los dientes, tomar un café por la mañana o hervir algún alimento. Por otro lado, dicha contaminación también afecta al suelo, envenenando los cultivos y  esterilizando la tierra.

La Industria del banano en el Magdalena

Desde 1887, el cultivo y exportación del banano se ha convertido en un motor que impulsa la economía del Departamento del Magdalena, generando así, un crecimiento y consolidación en la actividad productiva y beneficios para todo el país.
‘La zona bananera’, como es llamada, está conformada por 11 corregimientos: Guacamayal, Orihueca, Riofrío, Tucurinca, Varela, Soplador, Guamachito, La Gran Vía, Palomar, Santa Rosalía y  Sevilla, en los que el banano no es solo un alimento, sino la razón de trabajo de su región.


En Riofrío, la mayoría de sus habitantes son bananeros, tal es el caso de Noreyla Barros quien afirma que este es el sustento de toda su familia. de igual manera lo comentan Alberto Real y Maritza Cuellar, quienes cada día se trasladan desde el pueblo, hasta lo más profundo de la Finca Susana, una de las más importantes haciendas que se encuentra en la región., caracterizada por su excelente producción y gran extensión dentro de ‘la zona’.


Alberto Real, realizando una de sus funciones dentro de la finca Susana.


“El banano es una bendición para el Magdalena, genera mucho empleo,  la finca tiene 50 hectáreas y 46 de estas   son exclusivas para la producción, el corte se hace dos veces por semana, cada vez que se realiza esta actividad empleamos 60 personas y a parte de este personal tenemos 45 empleados fijos” dijo, Yamal Saghair, dueño de la finca Susana.

El plástico, un material que el suelo no puede asumir

Para la protección y cuidado del banano, los hacendados utilizan bolsas plásticas, las cuales cumplen un ciclo de vida muy corto dentro de las fincas, pero muy largo en el planeta. Según Alberto Bolaño, ambientalista del Magdalena, “El plástico tarda 100 años en descomponerse en el medio ambiente, esto dependiendo del tamaño, puesto que puede durar hasta 1.000 años para desaparecer en el suelo”. Tirar y dejar penetrar este material en la tierra es un error catastrófico a nivel global. Según el estudio adelantado por Corpamag y la Fundación Social: “la producción bananera genera una serie de problemas ambientales que van desde el excesivo uso de agroquímicos, hasta la contaminación con desechos plásticos”.
“Se estima que son aproximadamente 14 mil hectáreas en las que hay siembra de banano en Riofrío y se utilizan anualmente 23 mil bolsas plásticas. Esta finca está comprometida con el ambiente, por eso, se le paga a empresas para que recojan el residuo”, manifestó  Hali Saghair, agrónomo de la Finca Susana.

Fincas como: Susana, El esfuerzo y La Lucha, trabajan a favor del medio ambiente, y manifiestan que sus haciendas no generan contaminación, pero al pasar por la desembocadura del río o la vía de entrada al pueblo se ve algo diferente, pues son montañas de bolsas las que adornan estos sitios.


Montaña de residuos en la entrada de Riofrío
Una verdad incómoda

En conclusión, el El destino final de los plásticos utilizados en la producción del banano son por lo general: fuentes de agua, carretera y basureros improvisados, pero, ¿No se supone que le pagan a empresas para evitar este abuso con el medio ambiente? Empresas como: Recolectora de la Troncal del Caribe, Recicladora de Banaplás y Recuperar F. C son las encargadas de esta función. En entrevistas con sus representantes obtuvimos la siguiente información:
Omar Ramírez, gerente de la empresa Recolectora de la Troncal del Caribe señala que “la finca nos debe llamar una semana antes, cuadramos cantidad y costo, dependiendo de esto colocamos una tarifa, después vamos y recogemos el plástico. Nuestra empresa no tiene la maquinaria para el proceso de reciclaje de las bolsas, lo que hacemos es prensarlas, y enviarlas a Bogotá, allá se encargan de hacer baldes, mangueras para regar y otros objetos con este material”.
Eduardo Moya, gerente de la empresa Recicladora  Banaplás: y Ruth Arrieta, gerente de la empresa Recuperar F. C: manifiestan: “nosotros cuidamos el medio ambiente, recogemos todos los plásticos y luego hacemos quemas clandestinas para que todo el material se vuelva polvillo, ya que este plástico no tiene más uso”.

La contaminación: efectos en la población

Es grande el disgusto de los moradores de Riofrío con los dueños de las fincas, no solo porque no se hacen responsables del manejo de los residuos, sino de la contaminación que esta trae ya hace más de 10 años.

María González, una madre de tres niños y cabeza de hogar dice que está agradecida porque trabaja en una de las fincas y lo que recibe es lo que le da de comer todos los días, pero que por tantos tóxicos en el rio tomar agua de él se ha vuelto su peor enemigo. “los niños no dejan de enfermarse, si no es diarrea, es dolor en el estómago, esa agua, está muy contaminada. Además, no son mis hijos los únicos enfermos en toda la región, acá todos estamos enfermos, el señor Agustín Méndez vivía  a una cuadra de mi casa, el murió, nadie supo por qué, pues era un hombre alto y fuerte, pero luego los de la morgue dijeron que su muerte fue por intoxicación, su casa quedaba al lado del rio tomaba esa agua y tenía una parcela, o sea,  que comía productos regados con ese mismo líquido”.
Podemos apreciar residuos plásticos por todos lados, ocasionando diferentes contaminaciones por ejemplo: contaminación visual, en las vías se encuentran tirados los plásticos, además, muchos de estos residuos en temporada de lluvia son arrastrados por el pueblo. Contaminación fisicoquímica, los residuos también se encuentran incorporados en las corrientes de agua superficiales que abastecen del preciado líquido a todo la población, la calidad del agua es mínima y produce enfermedades, de igual manera la composición química de estos residuos plásticos sometidos a la radiación solar produce el desprendimiento al aire de finas partículas de dioxinas, que contaminan el aire afectando las vías respiratorias y órganos vitales de los moradores del pueblo.

Fundaciones como Corbanacol y Fundauniban, realizan funciones sociales en el sector desarrollando programas de vivienda, salud, educación, recreación, cultura y deporte para mejorar la calidad de vida de la población, pero, ¿Cuál es la empresa reguladora del medio ambiente?

La Corporación Regional del Magdalena, según su página oficial, http://www.corpamag.gov.co/, Corpamag: “Es un ente corporativo de carácter público encargado de administrar el medio ambiente y proteger el desarrollo sostenible del Magdalena…” según www.eltiempo.com , Sección Otros del 12 de abril de 1995: “Corpamag inició en el 1994 un proceso de concertación con las industrias bananeras y palmeras para emprender un plan de recuperación de la Zona” plan que se debería implementar hasta la fecha, pero que ahora no se cumple .

De manera irresponsable los productores no ejercen control sobre los residuos plásticos, los recolectores no hacen su trabajo y Corpamag “castiga” a los infractores ambientales con sanciones mínimas y aún así, el problema sigue avanzando.